martes, 27 de enero de 2009

EXTRACTOS DE PERIODICOS - LA BATALLA DEL EMPLEO

Extraido de El Pais del 21/01/09

LA BATALLA DEL EMPLEO

He dudado en el título de este artículo y al final me he decidido por el que figura ut supra y por dos razones de peso: una, porque es preciso ponerse a la tarea de batallar; lo cual significa que hay que tener coraje, dosis de sacrificio y un plan táctico. Y la segunda, porque es preciso poner énfasis en lo positivo —el empleo— más que en lo negativo —el desempleo—. Por ejemplo, todas las políticas monetarias o monetizadas respecto al tema ponen el punto demiramás en remediar el desamparo del parado que en fomentar el empleo. Las políticas pasivas, desde que comencé a dar clases en la Universidad, explicaba, de acuerdo con los maestros, que son políticas ineficientes cuando se trata de paro estructural, y el que ahora padecemos tiene ese carácter. Y es que cuando el paro es de tal tipo no hay caja de Seguridad Social que resista. Hay que ir a políticas activas de creación de empleo o al menos de barrera a la pérdida del mismo. Una vez más, tengo que decir que, en el mundo del trabajo, nadie contrata a quien no necesita, ni nadie despide al que necesita. Por tanto, y aunque parezca muy simple, la política más eficiente en esa materia es la de dar facilidades para contratar al que tiene negocio, al que lo necesita, más que unos miles de euros y, además, montar cauces normativos que no sean obstáculos de altura para prescindir de los servicios de quien no necesito. Así de simple. Todo ello requiere, evidentemente, dosis de equilibrio y de socialidad, pero también de realismo.

Las medidas que hasta ahora conocemos para enfrentarnos a la situación son elementales aunque positivas, y también de libro de texto. Obras públicas impulsadas por la Administración, para crear empleo y pagar subsidio al que se queda en paro. Pero sonmedidas claramente insuficientes y abocadas a pronto fin. Ni los recursos económicos para el desempleo son infinitos, ni las obras públicas que vayan a realizar los Ayuntamientos (y vamos a ver qué obras son) pueden eternizarse, y nuestra crisis va para largo, desgraciadamente, puesmás que crisis parece un tsunami.

El Estado tendría que plantearse echar números de lo que cuesta la prestación de desempleo y las subvenciones a los ayuntamientos y ver si con ese dinero, más el que pueda poner, se pueda invertir con mayor o menor eficacia cara a la creación de empleo o al freno a la destrucción del mismo. Y ahí entran políticas de fiscalidad que incentiven la inversión privada, que es el motor fundamental en ese campo. Hay quemontar, sobre todo, unos mecanismos ágiles y urgentes, cara a las pymes, para que salgan de su asfixia económica y se pongan a contratar o a no despedir. A nivel personal, estoy viendo cómo muchos pequeños empresarios por el cierre del grifo de las entidades financieras y los procedimientos de apremio de la Seguridad Social tienen que cerrar. ¿No sería mejor invertir los recursos económicos con tales empresas? Todos estamos convencidos de que las pymes son el motor del empleo y hay que volcarse a ayudarles a salir de su angustiosa situación, porque ello tendrá un inmediato y positivo reflejo en el empleo.

Por otra parte, hay que poner en prácticamedidas laborales que también pueden resultar positivas cara al empleo. Por ejemplo, políticas de contratación que durante un tiempo determinado sean mucho más flexibles. Potenciación de las ETT’s en su papel de Agentes de Empleo. Fomento, mediante cambio normativo, del tiempo parcial. Atemperación, durante un tiempo, de las condiciones salariales y otras medidas que estén motivadas por la idea de que, puestos a gastar y a idear, gastemos e ideemos algo que efectivamente frene los despidos y anime a contratar. Está comprobado que muchos ERES (la muerte) podrían evitarse si se producen modificaciones en las condiciones de trabajo (el quirófano).

Soy consciente de que estamos en una situación francamente mala y que durante bastante tiempo no vamos a tener soluciones milagrosas, porque no las hay, y eso requiere transmitir a los ciudadanos la verdad sobre la situación, pedirles coraje y comprensión y darles ánimo y soluciones. Y, una vezmás, constato que los agentes sociales y el Gobierno siguen sin reunirse —casi deberían hacerlo ininterrumpidamente- para buscar salidas a esta durísima situación. Almenos por consuelo, deberían ponerse a la tarea, pues la situación actual es parecida a la de un enfermo muy grave que está hospitalizado y comprueba desolado que su médico está en un congreso. La cercanía es esencial y eso tiene mucho de psicológico. Habrá o no soluciones; serán mejores o peores, pero, por lo menos, veo al médico, insomne y a mi lado.

*Juan Antonio Sagardoy Bengoechea es catedrático de Derecho del Trabajo y Seguridad Social.


OTRA OPINION EN EL MISMO PERIODICO

La economía española cerró el año 2008 con 3.207.900 parados, según la encuesta de población activa (EPA), equivalentes a una tasa de paro del 13,91%. La composición estadística de este pavoroso hundimiento del mercado laboral indica que el año pasado se destruyeron 620.000 puestos de trabajo y cayeron en el desempleo 1.280.000 personas; que hay 827.000 familias con todos sus miembros desempleados; y que el paro se ha cebado con especial crudeza en el sector servicios, que ya acumula a 1.145.000 personas sin trabajo, seguido por el mercado de la construcción, con 576.000 parados. Ésta es, a grandes rasgos, la tétrica fotografía del mercado laboral en España en 2008; pero empeorará, y mucho, durante 2009. No sería descabellado calcular que este año desaparecerán al menos otro millón de empleos, que la tasa de paro se aproximará al 18% y que la economía española caerá en una espiral recesiva que puede ser más profunda que ese 2% de contracción del PIB que auguró la Comisión Europea.

El hundimiento del mercado inmobiliario, la caída del sector servicios arrastrado por la construcción y la crisis del mercado crediticio explican la fase recesiva. Las pésimas proyecciones de crecimiento y la persistencia de un mercado mundial de préstamos bloqueado por el pánico sugieren que la economía española se encuentra hoy más cerca de un periodo de depresión que de la recuperación anunciada con más voluntad que acierto por las autoridades económicas.

Hay que aceptar que las variadas y menudas políticas anticrisis elaboradas por el Gobierno han sido superadas por los acontecimientos. Sirva como ejemplo el plan de inversión en infraestructuras canalizado a través de los ayuntamientos, dotado con 8.000 millones de euros. El proyecto corre el riesgo de convertirse en un placebo por los retrasos en su aplicación y por la falta de coordinación entre el Gobierno y las autoridades municipales para orientar las inversiones. Pero, sobre todo, la magnitud de la recesión española obliga a preparar un plan de recuperación de la economía que vaya más allá de la creación coyuntural de empleo.

El plan de acción adecuado para afrontar una situación económica que empieza a angustiar a los ciudadanos implica aprobar un amplio paquete de inversiones, superior al que se ha diluido entre los municipios, para activar aquellos mercados que proporcionen riqueza, competitividad y empleo estable durante la próxima década. Cualquier nivel de endeudamiento, por oneroso que parezca, estará justificado. La diferencia entre los planes económicos precisos elaborados por Barack Obama y las actuaciones del Gobierno español no hay que buscarla en la cuantía de las inversiones, sino en la exactitud con la que los economistas del nuevo presidente han identificado las fuentes de una riqueza duradera.

El Gobierno español actúa como si se resistiese a aceptar la realidad de una situación de crisis que el propio Solbes ha acabado por calificar de “insólita”. Primero arrastró los pies negándose a aceptarla, después se equivocó aplicando parches inocuos —como el de los 400 euros— y ahora se empecina en asegurar que la recesión se disolverá en 2010. O rompe con esta inercia o el futuro económico del próximo lustro va a quedar muy comprometido.

Extraido de El Mundo del 24/01/09





¿Qué es la EPA y el paro registrado?

El Gobierno actual utiliza, los anteriores también lo hicieron, dos estadísticas sobre el paro: la del Inemo la de la Encuesta de la Población Activa (EPA), que suelen emplear según el interés político del momento.

¿Qué paro mide la EPA y el Inem?
La primera es una Encuesta que realiza el INE y que considera parado a las personas de 16 o más años que durante la semana de la entrevista cumplan tres requisitos: estar sin trabajo, disponibles para trabajar y buscando activamente empleo. Mientras, el Inem suma las demandas de empleo, entre los que se encuentran los que cobran el paro, aunque luego hace una purga demás de 270.000, entre ellos los del empleo rural. El dato oficial es la EPA. Es el que tienen los demás países de la UE. Ahora mismo, el paro de la EPA supera al del Inem, pero no es lo habitual.

¿Es más real el paro de la EPA que el registrado en el Inem?
Se trata de una encuesta y por tanto puede estar sometida a dudas sobre las respuestas. Es posible que un trabajador enfadado por la situación económica pueda decir que está en paro, o que, otro que lo esté, diga lo contrario para salvar la estadística del Gobierno si es de su simpatía.

OPINION PERSONAL

En España se destruyen puestos de trabajo a un ritmo mucho mayor del previsto, de
no frenarse el incremento actual de 6.766 nuevos parados al día, antes de final año habremos rebasado la cota de los cuatro millones; y que la crisis económica está degenerando en una crisis social. Si reparamos en que el 20% de los 3.027.900 parados son extranjeros, en que una de cada cinco familias tiene un desempleado en casa, en que ya hay 827.000 hogares con todos sus miembros sin trabajo, y en que nada menos que un millón de demandantes de empleo carece de prestaciones, no podemos sino alertar de que nos precipitamos hacia una situación social, política y presupuestariamente insostenible. Ni Bruselas era demasiado pesimista, como decía Zapatero, ni Solbes es la persona adecuada para gestionar esta emergencia.

Opino que Zp debieria dar urgentemente un giro de noventa grados a la situacion financiera y laboral del pais. Como primera accion, yo destituiria a Pedro Solves y pondria como ministro de economia al mejor economista de España y a uno de los mejores economistas del mundo, estoy hablando de Rodrigo Rato, que ya nos saco de la crisis en la que estabamos metidos tras el mandato de Felipe Gonzalez.

Como segunda accion, yo crearia puestos de trabajo duraderos, a esto me refiero que el planteamiento de los 8.000 millones de euros para obras publicas no es la solucion. Me explico, si se hace una carrera, X trabajadores tendran sueldo durante un año y cuando se termine la carretera volveran a engrosar las listas del paro. Sin embargo, si se hace una residencia de ancianos ese numero X de trabajadores tendran sueldo durante un año y cuando se termine habran X puestos de trabajo ocupados para cuidar a los ancianos, X puestos para hacerles la comida a los ancianos, X puestos para limpiar la residencia, etc. Con lo cual me refiero a que son puestos de trabajo duraderos no es un parche a corto plazo.

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